Ceibo de flores blancas
Ceibo de flores blancas. Erythrina crista-galli var. leucochlora
Aunque en casi todo se parezca a un ceibo regular, el que recibe a los visitantes a la entrada del Jardín Botánico (la de la avenida Luis Alberto de Herrera) es una rareza poco frecuente tanto en zonas urbanas como en áreas silvestres. Ese arbolito, a diferencia de la especie típica, de flores rojas, produce flores con pétalos de color blanco.
Se trata de una curiosidad de la naturaleza, una variedad de Erythrina crista-galli cuya distribución natural está restringida a los bosques fluviales de la desembocadura del río Cebollatí. Dada su limitadísima distribución, esta variedad era desconocida para la ciencia hasta que, en los años sesenta, el botánico Atilio Lombardo la describió y le dio el nombre de Erythrina crista-galli variedad leucochlora. El ceibo blanco quedó formalmente registrado en una publicación del año 1961: Los arbustos y arbustillos de los paseos públicos.
Desde entonces, su cultivo como árbol ornamental se ha extendido lentamente. Dado que las semillas de los ejemplares de flores blancas no siempre dan lugar a pies con flores de ese color, su reproducción no es sencilla. La variedad hibrida con los ceibos de flores rojas, con los que, además, convive en la naturaleza, y es difícil predecir el color de las flores en plantas obtenidas por semilla. Así, la forma segura de obtener un ceibo de flores blancas es multiplicarlo de forma agámica, es decir, por medio de esquejes.
En el Prado, además del ejemplar de la entrada del Jardín Botánico, hay otro muy cerca en la calle Valdense. También se destaca el que crece al pie del monumento a Luis Alberto de Herrera (avda. Luis Alberto de Herrera y avda. General Flores) y el que fue trasplantado al jardín del edificio José Artigas (anexo al Palacio Legislativo).
Texto: Eloísa Figueredo.
Ilustraciones: Javier Lage.
Fotos: Martín Atme
Escuela de Jardinería.